Emprender y ganar una demanda judicial es, por definición, un proceso largo, complejo y costoso. Se parte del supuesto de que existe un conflicto irresoluble de manera satisfactoria para cualquiera de las partes involucradas y por lo tanto se entrega a un Juez la tarea de decidir a favor o en contra de cada una de estas. Es una situación que muchas veces resulta en un "todo o nada", "perder o ganar", por lo que en muchas ocasiones es conveniente buscar un método diferente para abordar la situación y resolver el conflicto haciendo énfasis en obtener un resultado del tipo "ganar-ganar", o por lo menos "empatar".